Se trata de la primera práctica que ralizamos con Pilar. Cuando nos empezo a explicar la práctica y nos comento lo del chocolate, con lo primero que me quede fue con lo divertido que sería pintar con chocolate y poder hacerlo con las manos sin miedo a mancharme.
Además del chocolate, para la práctica necesitabamos unas obleas de pan. Con ellas y con el chocolate realizariamos nuestros propios mandalas.
A la hora de realizar nuestros mandalas Pilar nos comentó que habría que hacerlo con nuestros mejores sentimientos y deseos, ya que si fuera al contrario a la hora de comernoslo nos sentaría mal. Esta fue una de las cosas que al principio me hizo mucha gracia, sin embargo a la hora de realizar mi primer mandala pude olvidarme de todo y solo concentrarme en aquello que esta dibujando, que en este caso se trataba de un dibujo geométrico.
Durante toda la práctica pude observar como yo y mis compañeras además de estar concentradas dibujando nuestros mandalas, estabamos sacando todo aquello que llevamos dentro y que nos hace ser felices.
A la hora de comermelo, no pude comprobar si Pilar tenía razón en lo de los sentimientos debido a un problema de Diabetes, sin embargo pude comprobar como mis compañeras disfrutaban comiendose sus mandalas y compartiendo con el resto de la gente, al igual que hice yo.
Creo que se trata de una práctica muy terapeuta que puede utilizarse con los todos los niños y que puede llegar a convertirse en un actividad de relajación. Además, pienso que con esta práctica se pueden enseñar mucho mas valores.
Por último, me gustaría decir que no me importaría realizar esta práctica con los niños y a su vez con adultos y así, poder comprobar como es el comportamiento y las sensaciones de cada uno de ellos.
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